Pintura italiana del siglo XVI

 

El Renacimiento italiano entró en el período de su madurez a partir de los primeros años del siglo XVI. Con este hecho se inaugura una nueva etapa en la Historia del Arte, no sólo en Italia, sino de Europa entera. Desde aquel momento, el arte europeo ofrece una extraordinaria cohesión; evolucionará, conocerá alternativas, pero sus características no se disgregarán definitivamente hasta ya entrado el siglo XIX.

Cuando se estudia el Renacimiento italiano cuatrocentista, principalmente florentino, resuena a menudo el nombre de Roma como una obsesión lejana para todos los espíritus. Masaccio, Brunelleschi y Donatello habían visitado Roma para ver sus mirabilia.

Llenos de curiosidad recorrieron las ruinas, y pudieron contemplar mármoles y bóvedas de antiguos monumentos romanos. Pero en la segunda mitad del siglo XV, las cosas cambiaron con rapidez; los artistas florentinos no acudían ya a Roma como viajeros estudiosos, sino llamados por los pontífices para atender a las obras de decoración y embellecimiento que emprendían en la vieja capital.

Sin embargo, Leonardo da Vinci, el héroe de las nuevas investigaciones que llevaron a la pintura desde la armonización y colocación de las cosas a la fusión de las mismas con el ambiente, residiópocos meses en Roma, muy tardíamente, y no se tiene noticia de que realizase allí ninguna obra suya.

Este artista genial que vivió a caballo entre dos siglos, el XV y el XVI, primer espíritu moderno atormentado por los problemas de la técnica, intelectual al que todo interesaba, con un infatigable deseo de saber nunca satisfecho, murió a los setenta y cinco años, en 1519.

Después de una vida trabajosísima, dejaba sólo poco más de media docena de obras completamente terminadas.

Flora de Francesco de Melzi
Flora de Francesco de Melzi (Museo del Ermitage, San Petersburgo). El autor fue uno de los discípulos de Leonardo, de quien heredó sus dibujos y escritos.