Pintura del primer Renacimiento

 

Milagro de Santo Domingo de Benozzo Gozzoli
Milagro de Santo Domingo de Benozzo Gozzoli (Pinacoteca de Brera, Milán). En esta obra ya se reconoce las nuevas formas del Renacimiento italiano, tanto en la arquitectura del fondo, como en la forma en ia que están tratadas las figuras.

El cambio de actitud verificado con artistas como Giotto sustenta la idea de una muy profunda renovación, cuyos principios básicos comportan una total ruptura con los conceptos medievales y una vuelta al arte de raíz clásica grecolatina. El orden y la armonía y la libertad del artista aparecen como los motores de un renacer que tiene al hombre como principal protagonista del mundo.
El estudio de los clásicos, los studia humanitatis de donde deriva el concepto de humanismo, impulsa el nacimiento de un ideal de Renacimiento que encuentra su concreción en todas las manifestaciones de la cultura, des de la filosofía a la historiografía y el arte. En este capítulo fueron decisivos tanto los trabajos de Vitrubio en De architectura como los de Plinio en Naturalis historia cuyas miradas al arte de la antigüedad ya anuncian las respuestas que buscan los humanistas para establecer los fundamentos de la modernidad, en el marco de un mundo que no tarda en ampliar sus horizontes con los nuevos descubrimientos geográficos.

 

La expulsión del Paraíso de Masaccio
La expulsión del Paraíso de Masaccio (Frescos de la capilla Brancacci, iglesia del Carmine, Florencia). Esta es una de las escenas más conocidas de todo el conjunto, en la que la fuerza de la expresión de Eva acapara toda la atención de la dramática escena.