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Historia del Arte

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Arquitectura en España durante el período Rococó (I)

El patio central, edificado con piedra granítica, que no se presta al adorno escultórico, es de líneas precisas, académicas, y no produce el entusiasmo propio de los grandes monumentos inspirados.

Pero Sacchetti sólo conservó una parte de lo que había trazado Juvara e introdujo muchas mejoras que vinieron a aportar amenidad al palacio. Así, en lo exterior, lo mejoró dando más importancia a las terrazas que en la fachada norte, la que da a los jardines, se extienden sobre el tercer piso.

También mejoró en el interior la escalinata. La colocación definitiva de la Real Capilla, con su cúpula, en situación aneja a aquella fachada norte (solución adoptada en 1743), acabó de dar al edificio su aspecto característico, que aligera considerablemente su masa, que de otra forma habría mostrada una apariencia demasiado pesada.

Otra gran edificación de la dinastía fue el real sitio de Aranjuez. Bajo Felipe V, desde 1715, se introdujeron reformas en el antiguo palacio que en el siglo XVI había proyectado Herrera, y más tarde, en 1748 (otra vez después de un incendio), se atendió a la realización de la idea de Fernando VI de edificar, asimismo, una población en las cercanías, mientras el palacio era objeto de reformas que lo enlazaran con los jardines, con la curva que forma el río Tajo y el gran parque circundante, que entonces se organizó con amplias avenidas. El italiano Santiago Bonavía, con Alejandro González y Velázquez y el francés Jaime Marquet, cuidaron de llevar a cabo ese plan.

Bajo Fernando VI desarrolló notable actividad en Madrid un grupo de arquitectos españoles formados junto a los primeros extranjeros que trabajaron en Aranjuez y en el Palacio Real. A personalidades de ese grupo se debe, entre otras edificaciones, la iglesia de las Salesas Reales, templo concebido en forma de bloque, construido para doña Bárbara de Braganza (que, como el rey don Fernando, tiene allí su sepulcro). Se construyó en relativamente poco tiempo, entre 1780 y 1785, y fueron sus autores Francisco Carlier, hijo del Rene Carlier que interviniera en la dirección de los jardines de La Granja, y Francisco Moradillo.

Formaba parte del mismo grupo un constructor español que inició su carrera bajo aquel reinado, don Ventura Rodríguez, arquitecto clasicista (1717-1785), ex ayudante de Sacchetti en el Palacio Real, y que es figura importante en la arquitectura española del siglo XVIII.

Los diseños que realizó en 1746, para San Francisco el Grande, edificio destinado a catedral de Madrid, le valieron su ingreso en la Academia romana de San Lucas. Sin embargo, sus proyectos fueron desechados, en su nueva forma, en 1761, y la edificación del templo fue confiada a fray Francisco Cabezas (1709-1773), que lo empezó aquel año, pero hubo que abandonar su dirección en 1768. La fachada del templo se terminó bajo Carlos III por su arquitecto italiano favorito, Francisco Sabatini.

A pesar de no poder llevar a cabo su proyecto para San Francisco el Grande, Ventura Rodríguez fue el paladín de la arquitectura del clasicismo en España. La gran obra de la primera etapa de su carrera fue la remodelación y terminación de la gran basílica del Pilar.

Fernando VI, a instancias del Cabildo de la Seo zaragozana, le designó en 1756 para que reformase el proyecto de Francisco Herrera, del siglo XVII y que se había quedado algo desfasado, dándole una decoración acorde con el gusto de la época. En su proyecto se mostró especialmente hábil pues resolvió una cuestión difícil: el acceso a la capilla de la imagen de la Virgen, y dio al interior del templo un aspecto netamente clásico. Tras el éxito que supuso su intervención en la Seo de Zaragoza, los encargos siguieron lloviéndole y pudo reformar después otras iglesias de construcción anterior, en Madrid.

La última obra importante de Rodríguez fue la fachada, severamente clásica, de la catedral de Pamplona, en 1783: un pórtico tetrástilo entre dos torres cuadradas; pero antes su actividad fue muy grande, sobre todo como proyectista. En 1761 había diseñado el Real Colegio de Cirugía de Barcelona, con su teatro quirúrgico, interviniendo asimismo en el proyecto de reforma de la basílica de Covadonga.
Arquitectura del siglo xviii en España
Iglesia de San Francisco el Grande, en Madrid. Fachada de la iglesia del antiguo convento franciscano de Jesús y María que, según la tradición, fue fundado por San Francisco de Asís en 1217. El edificio sufrió muchas modificaciones y restauraciones que le han dado su aspecto actual, en el que destaca la rotonda circundada por las estatuas de los doce apóstoles realizadas en mármol.

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