• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal

Historia del Arte

  • Inicio

El equilibrio entre el idealismo griego y el naturalismo latino (1)

Esta misma impresión de compostura helenística y de realismo latino la producen dos preciosos relieves, llamados, por su primer posesor, relieves Grimani, también encontrados en Roma y actualmente en el Museo de Viena, los cuales representan una oveja y una leona con sus cachorros. Con toda seguridad fueron utilizados para el adorno de una fuente; en los fondos se reproducen todavía los paisajes idílicos, tan estimados en la época helenística, con cuyos modelos puede decirse que el arte romano imperial va aprendiendo.

Pero pronto el sentido histórico y en extremo positivista del pueblo romano exige de sus maestros griegos una más directa imitación de la realidad. La obra más antigua que se conocen del género histórico, puramente romano, son los relieves que se han identificado como de un friso que adornaba el altar levantado por Domicio Ahenobarbo en conmemoración de su Victoria de Brindisi. Estos relieves, descubiertos ya desde muy antiguo, habían sido vendidos en Roma y dispersados; unos están en el Museo de Munich y otros en el del Louvre, olvidándose la procedencia común de un mismo sitio.

Los fragmentos de Munich representan un cortejo de nereidas y tritones que acompañan el carro de Venus y Neptuno, y están ejecutados en un estilo tan genuinamente griego, que en las historias del arte se acostumbraban citar, no como romanos, sino como modelos de la última orientación del arte helenístico alejandrino. En cambio, en la parte anterior del altar, que es la del Museo del Louvre, el friso representa por primera vez una escena que será luego mil veces repetida por el arte romano: el sacrificio ritual de acción de gracias con que un jefe militar debía terminar siempre una campaña. El propio Domicio está representado vestido con la toga del sacriticador a un lado del ara, adonde le llevan las víctimas varios auxiliares, como él coronados de laurel.

Más allá, los veteranos se despiden de su general visiblemente emocionados; uno esconde el rostro mientras se apoya en el caballo. Toda esta parte del friso tiene, pues, un carácter perfectamente histórico; representa un hecho determinado; debe de ser casi de actualidad, y, sin embargo, se pone a continuación de los relieves de Munich, donde las nereidas y tritones no sirven más que para proporcionar, con el lenguaje siempre alegórico preferido del arte griego, una alusión mitológica de la campaña naval de Domicio Ahenobarbo.

En la parte genuinamente romana del friso, o sea la del sacrificio, todos los detalles están evidentemente copiados de la realidad; la cabeza de Domicio debe de ser un retrato, como también acaso las de algunos de sus acompañantes. Las tres víctimas conducidas al sacrificio, el cerdo, el carnero y el toro, señaladas por el ritual romano, están en orden inverso en el ara de Domicio Ahenobarbo, porque la ceremonia era para celebrar el término de la acción guerrera. Pero, en cambio, para abrir una campaña su orden debía de ser litúrgicamente contrario.

Así puede verse en los relieves que decoraban también con estas tres víctimas una bellísima tribuna del Foro romano y en otras representaciones de este asunto en la columna Trajana, en frisos de arcos triunfales y en simples aras, donde se reproducían las víctimas y además los sacrificadores en grupos pintorescos. El arte romano sintió una extraordinaria predilección por esta escena, donde aparecen mezclados el sentimiento religioso del culto oficial del Estado y la glorificación de los triunfos de sus legiones.

historia del arte
Relieves Grimani (Museo de Viena). Puesto que a idénticos efectos hay que buscar causas idénticas, es muy plausible que la concentración urbana, que por reacción puso de moda en Alejandría los sentimientos bucólicos, produjera en la ya populosa Roma el mismo deseo de evasión hacia la naturaleza. La génesis, así como la fuente de inspiración del relieve paisajístico romano, aparecen, pues, claras. En estos relieves, restos del zócalo de una fuente, la leona y la oveja con sus crías y sus toques rurales, apenas sugeridos, ilustran la nostalgia del ciudadano por la tierra.

Volver a Historia del arte romano

Historia del arte romano

Orígenes del arte romano Introducción Los primeros templos de Roma Los orígenes del retrato romano Hermógenes, Vitrubio y De Architectura Seguir leyendo...

Introducción a los orígenes del arte romano

Para plantear el tema de los orígenes del arte romano hay que referirse en primer lugar al marco geográfico e Seguir leyendo...

Introducción a los orígenes del arte romano (1)

En sus inicios constituyeron Roma los pobladores de las famosas siete colinas, que, durante los siglos VII y VI a.C., Seguir leyendo...

Los primeros templos de Roma

Continuando con la tradición heredada de la monarquía etrusca, durante los primeros momentos del período republicano y durante todo el Seguir leyendo...

Orígenes del retrato romano

En escultura, los etruscos ejercieron, bajo la República, un papel preponderante. Eran habilísimos fundidores, y, aunque los modelos fueron muchas Seguir leyendo...

Orígenes del retrato romano (1)

Los cargos de cónsul, tribuno y pretor duraban solamente un año; por consiguiente, fueron numerosos los que después del servicio Seguir leyendo...