El elemento en el cual se apoya toda la Comedia es sin duda la máscara. Al tratar del drama griego, ya hemos visto que la antigua máscara ayudaba al actor a transformarse en el símbolo de un sentimiento.
Una máscara melancólica significaba tragedia, una sonriente, comedia, una haciendo guiños, sátira, etc. Más tarde, este simbolismo pasó de la máscara a determinados personajes.
Es decir, cierto tipo físico despertaba en seguida la idea del viejo avaro y rico, otro el del soldado fanfarrón, otro el del joven pobre, etc.

En la Comedia esta relación simbólica entre los hechos y los tipos que los representan llegará a sus extremos; es decir, hasta el punto de convertir al actor en el tipo, en la máscara.
Por lo tanto, más que de tal o tal otro actor que interpreta a Polichinela, a Arlequín o a Pantalón, se trata de la larguísima historia y las aventuras de Polichilena, Arlequín o Pantalón, interpretadas sucesivamente por distintos actores.
Los actores nacen, viven y mueren; los Polichinelas, los Arlequines y los Pantalones permanecen. Permanecen, repetimos;* durante más de dos siglos.
Se pasean prácticamente por toda Europa, llevan por todas partes su alegría, sus ganas de vivir, saltar, amar e intrigar.