Es la obra más oscura y medieval de Shakespeare
Obsérvese, que en Macbeth, cómo la misma violencia barroca de las imágenes, partiendo de una situación delictiva, se hunde en la negación absoluta de la vida, que se convierte en la historia de un idiota.
Macbeth un antiguo guerrero escocés que, junto con su esposa, asesina a Duncan, su propio rey, para usurparle el trono.
Pero el remordimiento les perseguirá, y al final, Macbeth pagará con su vida la traición cometida.
Cuando Macbeth se entera de la muerte de su esposa tiene una horrible visión. La vida le parece falta de sentido, e incluso pierde la noción del tiempo:
Mañana, y después mañana, y otra vez mañana: así, día tras día, a pequeños pasos, cada mañana se arrastra para llegar a la última sílaba del tiempo que aún se recuerda; y todos nuestros ayeres han alumbrado a los locos, el camino que conduce al polvo de la muerte.
¡Apágate, apágate, pequeña vela! La vida no es más que una sombra que camina; un pobre comediante que se pavonea y se agita, sobre el escenario del mundo, durante una hora, y del que después ya no se habla nunca más; es la historia de un idiota, llena de bullicio y de pasión, que no significa nada.
Macbeth, inspirada en una antigua crónica, fue escrita alrededor de 1606. Es la obra más oscura y medieval de Shakespeare; la única quizá, junto con El Rey Lear, en la cual el gran autor nunca abandona el tono sombrío.

En efecto, ambas se remontan a un período casi legendario de la historia británica; y ambas fueron escritas en la plena madurez del autor.
También El rey Lear, procede de una antigua crónica medieval. El problema de que trata —como es frecuente en Shakespeare— es el de la sucesión al trono: el de las muchas tragedias que causa la avidez de bienes y de poder.
Es una de las obras más desconsoladas de Shakespeare, pero una de las mejores, no faltando en ella cierta intervención del hado, personificado en esta Y ocasión, por esas tres brujas que al predecirle a Macbeth su futuro, le niegan, en cierto modo, su albedrío.