Considerado en conjunto, el mundo de Shakespeare es a un mismo tiempo maravilloso y terrible, religioso y profano.
Cada héroe representa, inicialmente, un sentimiento individual: sólo que, a medida que la situación dramática progresa, el sentimiento individual va en aumento hasta asumir proporciones que ya no son privadas, sino que conciernen a la totalidad de los hombres.
Así, por ejemplo, Hamlet encarna un modo de sentir, entre violento e indeciso que todos los hombres han podido experimentar en algún momento de su vida; o bien, como ocurre con el moro Otelo, que mata por celos a su mujer Desdémona en el punto culminante de su propia historia, éste representa a los celos, algo parecido a un monstruo.
El procedimiento del que se sirve Shakespeare para cargar a las palabras de significados que van mucho más allá de la propia acción, es muy simple, debiéndose añadir que fue tal vez el único que en teatro supo llevar el barroco hasta sus últimos extremos.

He aquí un ejemplo: el moro Otelo explica de qué modo ha logrado obtener el amor de la bella Desdémona.
Nótese, además, cómo en sus palabras entra de inmediato ese sentido de lo “maravilloso”, característico de aquellos tiempos de exploración y conquista:
Su padre me demostraba un gran afecto y me invitaba con frecuencia a su casa.
Siempre quería que le repitiera el relato de mi vida, de año en año, conocer las batallas que yo había librado, los asedios sostenidos, las victorias conseguidas.
Y yo se lo contaba todo, empezando por los días de mi infancia.
Le hablaba de mi infelicidad, de las aventuras por tierras y mares, y de cómo me salvé de puro milagro durante una derrota desastrosa; de cómo caí en manos de un arrogante enemigo que me vendió como esclavo, y de mi rescate, de mi vida de nómada.
Le hablaba de grandes cavernas, de desiertos desolados, de abismos de piedra, de rocas, de montañas cuyas cumbres llegaban hasta el cielo; y de caníbales, que se comían a sus semejantes, y de hombres nacidos con la cabeza por debajo de los hombros. Desdémona escuchaba ansiosamente mi relato…