Durante muchos años se pensó que las Bodegas Güell eran obra de Francesc Berenguer i Mestres, pero la ausencia de los planos en el archivo del arquitecto y otros indicios llevaron a la conclusión de que Eusebi Güell volvió a confiar en Gaudí para llevar a cabo un proyecto en una de sus fincas.
El solar está ubicado en las costas del Garraf, al sur de Barcelona. En un primer momento el cliente hizo proyectar un pabellón de caza, con reminiscencias de la CasaVicens, que más tarde desestimaría a favor de unas bodegas.
Güell dedicó los terrenos circundantes al cultivo de viñas que producían un vino que luego se serviría, por ejemplo, en los barcos de la Compañía Transatlántica. La plantación fue precedida por un aterrazamiento de la propiedad para nivelar los escarpados acantilados de la zona.
El conjunto consta de dos edificaciones, el pabellón de entrada y las bodegas. El primero incluye una gran puerta de hierro formada por un travesano de forja y gruesas cadenas que cuelgan de éste. Los muros portantes combinan la piedra y el ladrillo.
Esta conjunción de materiales no es estructuralmente necesaria, pero así Gaudí decoraba unas fachadas que de otra manera hubieran resultado demasiado toscas. Un gran arco coronado por un balcón mirador recibe a los visitantes y alberga la puerta de la casa del portero.
Las bodegas ocupan una edificación austera y contundente, con reminiscencias de la arquitectura militar y construida con piedra extraída de las canteras cercanas.
Una de las fachadas se convierte en la pendiente de la cubierta a dos aguas, por lo que se dice que el arquitecto se inspiró en las pagodas orientales. Uno de los elementos que sugirieron la autoría de Gaudí fueron las chimeneas, que ya en este proyecto se concibieron con una imaginación sorprendente.
En la planta baja se situaron las cavas; en la primera, las viviendas, y en la buhardilla se ubicó una capilla, motivo que explica la aparición de un campanario en medio de la cubierta.
Desde el punto de vista formal, esta obra no se parece a nada de lo que Gaudí había proyectado o iba a proyectan aunque no cabe olvidar que el genio nunca se repitió, que sus edificios eran una innovación constante tanto en el campo estructural como compositivo o constructivo, y por tanto no es de extrañar que recursos utilizados aquí no se repitieran más tarde.

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