
Vemos en la alfarería zamorana de Olivares una gran variedad en las formas de sus piezas; desde el cuenco o plato de Olivares que es único en los alfares españoles hasta juguetes.
Dentro de esta riqueza tipológica hay que destacar el ya mencionado cuenco que de diversos tamaños (principalmente tres) mantiene la misma sección y alzado, destacando una sección de casquete esférico con asiento pequeño que oscila entre los cuatro o cinco centímetros de diámetro. Asimismo, encontraremos fuentes medianas, platos, escurrideras, pucheros, cazuelas para asar, sangrador (para la matanza), tinajas, macetas, vinagreras, bacía (pieza rara) y jarra que es una de las formas más apreciadas por su escaso número y su bella forma.
A estas piezas de uso común hay que añadir otras formas realizadas por el alfar de Olivares y que en la actualidad desconozco que queden, es la juguetería que destaca por una gran variedad de piezas destinadas para uso y disfrute de los hijos y demás generaciones del alfarero. Todas las piezas estarán bañadas, con decoración en cobalto y con los nombres de los niños a los que iba destinado el juguete.
Estas mismas características poseen los dos únicos ejemplos existentes en la actualidad, en la calle de Los Herreros y la Rúa de los Notarios, de lo que los alfareros de Olivares llamaban tarjetas, que era el nombre dado a las placas que fabricaban para indicar que la casa donde se colocaba estaba asegurada contra incendios.
El aspecto externo de los cacharros es el de un importante primitivismo, hecho que influye en el atractivo de estas piezas pero que nunca pudo competir con objetos salidos por la misma época de alfares talaveranos o valencianos, con los que técnicamente dista mucho y a los que trata de imitar, como se puede apreciar en la evolución de las decoraciones.
La decoración de Olivares se realizaba casi al mismo tiempo tras el secado rápido, caracterizándose por su sencillez y simplicidad y sólo al final aparecerán unos motivos algo infantiles que nos remite a esa producción popular. Los principales motivos decorativos y, por tanto, los más característicos desde sus inicios es la hoja-flor y una sencilla línea sobre el borde del cuenco principalmente, pero otra tipología de piezas ofrecerán la posibilidad de realizarlo en el borde de las bocas de los tazones, las jarras, los juguetes. En Olivares destacan dos tipos de decoraciones: en verde y en azul.
La cerámica levantina, aragonesa o andaluza nada tienen que ver ni en formas, trabajo y usos con la de Olivares que permaneció inalterable y en activo continuamente hasta su desaparición en 1945.