En 1887 se decidió demoler el viejo Burgtheater, edificado poco más de un siglo antes por la emperatriz María Teresa en el centro de la ciudad. Para conservar el recuerdo del interior del edificio y sus asistentes, el gobierno encargó a Klimt y a su socio Franz Matsch, a la sazón brillantes colaboradores del estudio de arquitectura y decoración de los teatros Fellner y Helmer, ejecutar dos grandes panoramas en gouache.
La empresa resultó ser un tanto dificultosa: la exigencia de absoluta fidelidad por parte de los comitentes los obligó a dilatados estudios del natural; ejecutaron lo menos doscientos retratos de personajes representados. Los pintores tuvieron además que medir todas las partes del edificio, ya que la planta que se les había proporcionado era poco precisa.
El cuadro klimtiano es un excepcional retazo de la vida de la época. Amén de mostrar de manera totalmente verista los palcos, el patio de butacas, la galería, las lámparas y el techo sobriamente decorado, el artista logró captar la atmósfera vivaz de una velada elegante, su sonoridad, la diversa condición social de los presentes, identificables uno por uno gracias al letrero con sus nombres que se conserva en el Historisches Museum.
En el primer palco de la derecha se reconoce a la pareja imperial -Francisco José está de pie junto a Isabel-, y la mujer vestida de blanco sentada en la tercera fila de butacas junto al pasillo, es la célebre actriz Katharina Schratt, amante del emperador.
Klimt cometió sin embargo una clamorosa omisión, olvidándose de incluir el retrato del político Karl Lueger, que en 1897 se convertiría en burgomaestre de Viena. Su ausencia no pasó inadvertida y el cuadro fue devuelto al pintor, que procedió a subsanar el error.
La obra, fiel testimonio de la alta sociedad vienesa del momento, fue premiada por el emperador en 1890 en la exposición anual de la principal asociación artística austríaca, la Künstlerhaus.

Gouache sobre papel, 82 x 92 cm.
Viena, Historisches Museum der Stadt Wien.
Volver a Vida y obra de Gustav Klimt