Esta magnífica acuarela, fechada en Roma en 1869, pertenecía a la colección de obras de Fortuny que poseía Ramón Errazu, rico propietario y amante de las artes, miembro de una familia de grandes empresarios españoles que hicieron fortuna en México.
El marroquí ingresó en la pinacoteca madrileña en 1904 como parte del conjunto de nueve obras donadas por Errazu.
Por lo que se refiere a la técnica, esta acuarela muestra ya a modo de avance, la brillante luminosidad que se verá en las obras realizadas a partir de 1870, después de que el pintor visitara Granada. Por lo que respecta a la composición, sigue esquemas ya tratados con anterioridad como por ejemplo en las acuarelas de los personajes populares italianos. La figura aparece apoyada en una pared de tonos claros, un telón de fondo en el que se recorta su silueta, igual que en Fraile medicando del Museo del Prado.
Se aprecia la maestría de Fortuny tanto en la representación de los tejidos como en las carnaciones del retratado. Asimismo cabe destacar la mirada del marroquí, cuyos ojos adquieren vida gracias a los pequeños destellos de luz que el artista proyectó en ellos.
Así pues, esta composición puede considerarse entre las obras maestras que el catalán realizó mediante la técnica de la acuarela.

Acuarela, 32 x 20 cm.
Madrid, Museo Nacional del Prado.
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