El tema orientalista del vendedor de tapices interesó a numerosos pintores españoles a lo largo del siglo XIX, ya que permitía incluir elementos variados y exóticos en la composición.
Fortuny dedicó esta acuarela en concreto a su amigo de juventud Tomás Moragas, que compartió estudio durante algunos años con el pintor de Reus.
En ella aparece representado un vendedor que muestra unas telas a un músico, en la espalda del cual se puede ver un instrumento. Fortuny en esta ocasión no se interesó por el fondo, el escenario, sino solamente por las dos figuras. Creó de esta manera un fuerte contraste entre el fondo oscuro y las túnicas de colores claros de los dos protagonistas.
Así pues, una vez más, pese a la sencillez de la composición en general, el artista logró una obra muy efectista, especialmente en la creación del volumen y la profundidad espacial. Con un trazo rápido, impulsivo y nervioso consiguió plasmar todo tipo de formas.
La factura de esta acuarela es rápida aunque el dibujo con el que se organiza toda la composición es evidente. El pintor se detuvo en un buen número de detalles, especialmente en los pliegues de las telas, modelados sugerentemente por la luz, acercándose al impresionismo.

Acuarela, 30×20 cm.
Colección particular.
Volver a Mariano Fortuny