Esta obra, también conocida como La lección de esgrima, es un buen ejemplo de las primeras pinturas realizadas por Fortuny durante su etapa granadina. En el gabinete de Dibujos y Grabados del Museu Nacional d’Art de Catalunya se conservan tres de sus dibujos preparatorios.
En este óleo aún aparecen personajes de épocas pasadas, temática que exigía a Fortuny su marchante, ya que era lo que se demandaba en el mercado del arte. Con todo, se observa el creciente interés del pintor por mostrar escenas al aire libre, apartándose poco a poco de la temática histórica.
Mediante estas escenas ambientadas en espacios abiertos el artista pudo dedicarse a plasmar los efectos lumínicos, uno de los objetivos de su producción a partir de ese momento.
En esta pintura Fortuny plasmó una escena de espadachines en un extremo de la composición y, en el otro, un momento de lectura de un caballero.
Los personajes, que visten ropas del siglo XVI, no son más que la excusa para representar el entorno en el que se sitúan. Este escenario, de hecho, es un compendio de distintos rincones granadinos que el artista plasmó con gran fidelidad. La parte inferior derecha, no obstante, es invención propia.

Óleo sobre lienzo, 41 x 55 cm.
Moscú, Museo Pushkin.
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