En diferentes zonas se produjeron varias clases de cerámica que, mientras seguían las enseñanzas del Islam, reflejaban también las tradiciones locales. En el este de Persia se hizo cerámica pintada, a veces conocida como cerámica Samarcanda, Nishapur y Sari. Ésta muestra una calidad única, mucho antes de que en el resto de Persia se hiciese cerámica de gran interés.
Las provincias del este de Persia y las tierras más allá del río Oxus, conocidas a menudo como Transoxianas, estaban unidas bajo los samanidas, una dinastía persa, desde el 874 al 999: su capital era Bukhara y Samarcanda era su ciudad principal. Las rutas comerciales de Oriente pasaban a través de Samarcanda y esto tuvo un efecto indirecto en la cerámica de la provincia.
Los siglos IX y x muestran lo que fue una de las más elevadas y puras interpretaciones de las ideas islámicas de la cerámica. Los ceramistas del este de Persia eran incapaces de hacer lustre y así volvieron su atención a otra manera de decorar el fondo blanco de las vasijas. Fueron particularmente agudos en encontrar maneras de utilizar la decoración en color de forma que no corriese bajo el vidriado de plomo.
Se descubrió que los pigmentos colorantes, mezclados previamente con arcilla fina y blanca, permanecían estables bajo el vidriado transparente. Los pigmentos así preparados eran menos fluidos para su aplicación y fomentaron los dibujos formales sencillos.
El engobe blanco sobre un cuerpo rojo se decoraba con pigmento negro o morado, bajo el vidriado, así como con marrón oscuro, rojo oscuro y berenjena. Utilizando los colores básicos del calígrafo se pintaron sencillas bandas de dibujos de pintura cúfica sobre la vasija blanca, a menudo alrededor del borde.
Grandes zonas del cuenco se dejaban en blanco, lo que le daba unas características más llamativas, contrastando con las técnicas de decoración posteriores que se desarrollaron en Persia, en las que la mayor parte de la superficie estaba cubierta con diferentes motivos.
Se utilizaron frases tales como «Generosidad es (una) de las cualidades del bienaventurado», «Paz y bendiciones», «Buena suerte», «Bendiciones», «Buena suerte y perpetuidad». A partir de la escritura cúfica se desarrollaron motivos sencillos, se utilizaron puntos decorativos y ocasionalmente pueden encontrarse animales muy estilizados y pájaros. No se han descubierto ejemplos de figuras humanas, lo que refleja una fuerte influencia religiosa.
En Sari, Persia, un centro de cerámica en el mar Caspio, las vasijas se decoraban por métodos similares, pero se empleó una serie de colores más amplia y se añadía a la paleta un verde especialmente bello. Son típicos los pájaros estilizados moviéndose a través de los cuencos, tallos radiantes y flores. Los pigmentos utilizados han mantenido su brillante color y la concepción casi moderna de los dibujos hacen estos cuencos muy atractivos.
Cuenco de barro cocido; dibujo pintado con engobes coloreados. Persia, Samarcanda, siglo X. Diámetro 20 cm. (British Museum.)